A veces es complicadísimo conseguir que nuestros hijos coman fruta. Hay niños que no hay manera de que la prueben por mucho que nos empeñemos… y claro, se acaba quedando en el frutero, pocha y fea.
Nosotras no soportamos que la comida se estropee, así que aprovechamos un día nublado de verano para preparar con los niños este postre saludable, fresquito, rápido y sencillo.
Vamos con los ingredientes:
- 2 plátanos muy maduros
- 3 yogures naturales azucarados (griegos, a ser posible)
- 1 buen trozo de helado
- un poco de azúcar al gusto (para los muy golosos)
Troceamos los plátanos y los batimos junto con el yogur.
En nuestro caso, como la batidora la iban a utilizar las niñas, en lugar de la batidora de mano preferimos sacar la Babycook (todo un invento para que lo puedan manejar ellas sin peligro).
Es preferible utilizar yogures griegos, que son más consistentes. Ese día no teníamos, así que lo hicimos con los que había por casa.
Agregamos el helado cortado en trozos. Nosotras utilizamos el de nata, pero queda muy bien también con vainilla o cualquier otro sabor. La cantidad de helado va al gusto. En esta ocasión elegimos más o menos la misma cantidad que de yogur.
Ahora, en caso de que os guste muy dulce añadiríamos el azúcar. Nosotras no lo utilizamos, ya que nos parece suficientemente dulce.
Se bate todo con cariño hasta que quede bien integrado y servimos muy frío.
Está riquísimo y ya veis… nos lo quitaban de las manos!!
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