Todos conocéis la tarta de la abuela. Yo personalmente fue la primera tarta que aprendí a hacer, y tenía loca a mi madre, porque cada vez que me veía aparecer con los paquetes de galletas sabía que esa tarde habría zafarrancho… y chocolate por todas partes…
Hoy queremos presentaros nuestra versión de la tarta de la abuela. Esperamos que os guste. Allá va:
Ingredientes:
- crema de chocolate
- galletas tipo maría hojaldrada
- cookies de chocolate
- leche para remojar
En mi versión clásica de esta tarta alternábamos una capa de chocolate y otra de crema pastelera. Para qué nos vamos a engañar: en mi casa todos nos matábamos por comernos el chocolate, así que nosotras nos hemos ido directamente al grano. Eso sí, el chocolate lo hemos preparado como una crema de mousse, que está que te mueres de rica.
La elaboración es muy sencilla: en un molde desmoldable alternamos una capa de galletas remojadas en leche, una de mousse y una de cookies remojadas y cortadas en trocitos pequeños. Y después vuelta a empezar, hasta hacer todas las capas que queramos (o que nos quepan en el molde).
Si sobra mousse o galletas, está permitido comerlo todo mezcladito a cucharadas, con la excusa de que las galletas ya están remojadas, o que si no la mousse se puede echar a perder. Además, como no es la tarta en sí, sino los restos, eso no engorda. Porque yo tengo una teoría: sólo tiene calorías la comida que se pone en la mesa, la que vamos comiéndonos mientras la preparamos no computa. Cada uno se hace ilusiones con lo que puede….
Después de desmoldarlo, cada uno lo presenta como más le guste. Nosotras cubrimos todo el contorno con cookies y decoramos con fondant y nonpareils.
El resultado es más cremoso que la tarta de la abuela tradicional, gracias a la mousse, y con un puntito crujiente que le dan las cookies.
Bueno, en fin, vosotros juzgaréis, pero está claro que es una cosa tremenda, de las de dejarte con los pelos de punta, sólo hay que ver la foto…
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