Estas navidades han sido muy productivas, en cuanto a repostería se refiere. Uno de los postres que más éxito tuvieron en nuestra mesa fue esta tarta de piña y coco.
Aviso a navegantes: no soy demasiado aficionada a la piña, y no me gusta demasiado el coco. Eso da igual. Sorprendentemente, a pesar de partir de dos ingredientes que para mi son psche psché, resulta que el resultado es exquisito. Hacedme caso y probadlo. No tengo palabras.
Pues dicho esto, voy con la base de esta tarta, que es un bizcocho de piña y coco. Para hacerlo necesitamos:
- 1 yogur de coco (usaremos el vasito vacío como medida)
- 2 medidas abundantes de azúcar
- 1 medida de aceite de girasol
- 3 huevos grandes o 4 pequeños
- 4 rodajas de piña natural trituradas
- 1 vaso de jugo de piña
- 3 medidas abundantes de harina
- 1 sobre levadura en polvo
- 1 pizca de sal y de vainilla
- 2 cucharadas de coco rallado
Pues allá vamos: mezclamos en un bol el yogur con el azúcar, el aceite, la sal, la vainilla y los huevos. Batimos bien durante unos minutos. Aparte, trituramos con la batidora las 4 rodajas de piña hasta dejarlas como un puré, y las agregamos a la mezcla anterior, batiendo todo junto con el jugo de piña. Por último incorporamos la harina con la levadura y el coco rallado y mezclamos todo bien, procurando no dejar grumos.
Forramos el molde con papel de horno (o lo untamos de mantequilla) y metemos a horno moderado unos 25 minutos, o hasta que el bizcocho esté ligeramente dorado. El color que coge es espectacular…
El punto de la tarta se lo vamos a dar con una crema de piña bueníiiisima, que se hace con:
- ½ litro de nata para montar (ya sabes, mínimo 35% mat. grasa)
- 1 vaso de jugo de piña
- 1 sobre de gelatina de piña
Calentamos la nata con el jugo de piña y antes de que hierva vertemos la gelatina y removemos constantemente para que se disuelva bien. Cocemos durate unos minutos.
Y ahora viene lo bueno: vamos a montar la tarta!! Venga, que ya queda poquito para ver el resultado:
Nivelamos bien el bizcocho quitando la primera capa de la superficie. Colocamos el bizcocho dentro de un molde desmoldable forrado con film transparente, para que no se desparrame la crema.
Ahora pinchamos bien toda la superficie del bizcocho y vamos echando la crema de piña aún caliente dejando que lo vaya empapando (ñam…). Nosotras procuramos hacer crema suficiente para dejar una capa gruesa por encima de la tarta.
La decoración final se la damos con 3 rodajas de piña tostadas en la sartén, unas cerezas confitadas y una vistosa corona de chocolate. Ese espectacular acabado lo logramos pintando la superficie con un brillo para tartas.
La tarta queda riquísima y muy jugosa. El sabor es fresco y super original. Gustas?
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